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REINGENIERIA DE LA IZQUIERDA COLOMBIANA



En las últimas décadas en Colombia, se ha sentido una decadencia y apatía por la política y la necesidad de renovación de sus actores, de sus partidos y movimientos. La derecha absorbió literalmente el partido liberal y el partido conservador, perdiendo por completo sus ideales y dirigidos por fósiles políticos. Los movimientos alternativos no tienen una línea ideológica definida, sin embargo, se identifican más con la derecha y se hacen pasar de centro. La izquierda como estructura política no existe, no es una fuerza política homogénea, no es un partido único, ni un frente amplio que garantice la permanencia en el poder.


De los vientos que soplan del norte viene creciendo la polarización y el surgimiento de líderes populistas en la derecha y la izquierda llamados outsiders, promueven este fenómeno debido a la ignorancia y carencia de cultura política, lo cual no es completamente falso. El caso de los populistas, la verdadera amenaza no es solo a la democracia, porque en su mayor parte son legítimamente elegidos. Lo que amenazan en primera instancia es a la democracia liberal, es decir, el estado de derecho. Profundizando el desgaste de la política tradicional y de izquierda que requieren con urgencia nuevos actores como alternativas dentro del sistema político.


La nueva izquierda, con una sola excepción (G. Petro), Están perdiendo todos los procesos de acumulación de poder popular, olvidaron los objetivos que primero es el pueblo y el cambio de la historia y de la transformación social; esos supuestos líderes mediocres, han destruido procesos de acumulación organizativa, han perdido el vínculo con el pueblo. Algunos senadores, (as), representantes y funcionarios públicos, no han estado a la altura para representar el poder popular, se observa la pérdida de iniciativa para guiar intelectual y políticamente a la izquierda progresista.


Muchos de ellos no gestionan, no ejecutan, no articulan con las bases populares, no representan el proyecto de transformación y cambio que ha exigido la coyuntura y el pueblo, que desde décadas pasadas ha entregado miles de muertos en la lucha social. Esta nueva izquierda ha perdido el poder de convocatoria, contradictorios al rebatir mentiras de la derecha, no estudia, no lee, en las regiones los mentecatos se pelean los liderazgos de la izquierda para terminar al lado de la derecha, estigmatizan e ignoran a dirigentes académicos e intelectuales, los lideres sociales, los movimientos populares, la juventud, a las mujeres, el liberalismo serio y puro, etc. No desarrollan proyectos productivos, ni se desprenden de un mínimo de sus gabelas para ayudar a las comunidades. Cobijan a los que ayudaron a destruir los procesos sociales, diseminados en los partidos políticos de derecha.


La izquierda política necesita una verdadera modificación de su estructura para consolidar la unidad, y proponer las alternativas que se requieren para ganar y ser poder. Muchos ciudadanos han perdido la confianza a esta nueva izquierda, mermando las convocatorias populares a falta de liderazgos formados y sensatos que piensen en el futuro de la nación.


A pesar de todo se está a tiempo de corregir, para ello, se necesitan cambios fuertes, que deben revisar las alertas del ambiente político que obligó al poder popular dar un salto al progresismo, cuando sintieron que los partidos tradicionales engañaron por dos siglos, que no respondieron a las demandas y necesidades de bienestar de la ciudadanía, es decir, se debe actuar con mucha madurez política que permita el avance del proyecto de transición progresista que requiere de unidad y un gran frente amplio para sostener las preferencias del poder popular que ha decidido separarse de las élites partidistas tradicionales.


Este tipo de eventos deberían desencadenar en primer lugar la unidad nacional, y luego, con suerte, conducir a un consenso de que hay cosas estructurales incorrectas que deben solucionarse.


El presidente de Colombia necesita el apoyo de una fuerza política robusta, por eso estamos viendo a los populistas y outsiders de precandidatas y precandidatos de la derecha, aspirando desde temprano aprovechando el desorden histórico y falta de liderazgo de la izquierda. La nueva izquierda no puede jugar forzada por los medios de comunicación de la misma manera como lo está haciendo la derecha, soltando cartas para distraer y la izquierda hablando de candidatas (os) sin tener lo más importante, la estructura sólida y unida de sus bases populares y liderazgos que representen con altura el ideario de izquierda progresista.


Para alcanzarlo, es conveniente una reingeniería estructural de esta izquierda progresista donde prime la ética y que sea políticamente cohesionada, el partido único tiene que definirse como una estructura política de poder popular para vencer, para juntar todos los pensamientos que comulguen con el progresismo, no una izquierda pálida y raquítica ante el reto de tener el poder. Se necesita con urgencia la configuración de un frente amplio y no ser irrelevantes ante los desafíos de la historia y convertirla en una fuerza democrática de mayoría, políticamente coherente.

¡El partido único o frente amplio debe tener un carácter renovado para construir a partir de la diferencia, su principal objetivo es ganar!


Si no se logra la unidad de la izquierda prontamente, el presidente queda solo, y quedará asegurado en el 2026 el triunfo para otros. La derecha ferozmente recuperará su cause como el río cauca, arrasando con la mojana, y Colombia pasará por un nuevo periodo de años turbulentos, y el progresismo no volverá a ver la primavera, por muy hermoso que sea su paisaje.



Por otra parte, les quiero decir a esos que se las dan de conocedores de la política, que cada vez que hablan quieren destruir en ráfaga la imagen del gobierno a favor de la derecha, los llamados dizque izquierdistas revolucionarios sin lectura y sin memoria, hablan de los señores Roy y Benedetti, subyugados por la manipulación mediática de la prensa y no dimensionan que todo es con el único interés de desestabilizar al gobierno social demócrata que representa Gustavo Petro, que creen que por haber pertenecido ellos a la élite hoy son lo peor, y no comprenden que por haberse mudado de la derecha al nuevo proyecto progresista es que le tiran el agua sucia al presidente. Sin embargo, mandos medios y comandantes narcos de las guerrillas trabajan en sociedad con la derecha colombiana cultivando, cuidando, comercializando y vendiéndoles la droga para sostener campañas políticas y la corrupción rampante en los órganos de justicia del país. “La ignorancia tiene el poder hoy de la humanidad que va ganando todas las guerras” y solo vemos lo que nos interesa y nos dejamos manipular por falta de muchísima educación. Ignorantes, vagos, estudien dijo una amiga de “bien”.


Cuando se le meten al rancho de la derecha y sacan a uno de sus secuaces, la ignorancia política coincide en que son lo peor. Pero, cuando ganó Petro la presidencia los progresistas le agradecieron, se les olvida que la izquierda políticamente sola no representa absolutamente nada.


Ayuden a construir un verdadero modelo de izquierda progresista donde confluyan todos los sectores y unamos al país sin discriminar y criminalizar sin juicio alguno.

Lo inteligente y sano es hacer autocriticas, pero la pequeña e infantil nueva izquierda conspira contra si mismo sin conocimiento.


Por: Edvards Mercado




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