Desastroso lo que ha pasado en los departamentos de Córdoba y Sucre, en la Costa Norte Colombiana. El grupo narco paramilitar llamado el Clan del Golfo, declara abiertamente un paro armado porque su máximo comandante alias Otoniel, fue extraditado por el gobierno de Iván Duque a los Estados Unidos, quien estaba dispuesto a decir los nombres de los patrocinadores y actores del conflicto armado interno ante la Comisión de la Verdad; lo callaron enviándolo a una cárcel norte americana para que la verdad de todos estos actores del conflicto no se conociera, dejando a las víctimas aun sin saber de sus seres queridos muertos en masacres por este grupo armado. En total el Clan del Golfo amenaza y vulnera el derecho a la libertad en 11 departamentos, dejando tristeza y desolación, algo grave está pasando en nuestra sociedad que no permiten que el pueblo sea libre en sus decisiones y lo torturan para infundir miedo y terror.
Se acercan unas elecciones para elegir presidente de la República y la derecha colombiana ha utilizado y está utilizando todos los medios posibles por conservar el poder sin importarles violar la ley. Los hechos dejados por el paro armado demuestran lo deshumanizado que está un gran sector de la sociedad. No les importa la situación económica y hambre de la gente, de su salud mental que ha dejado el covid – 19, violan el derecho a la libertad encerrando a las personas como borregos para el matadero. El desabastecimiento y empobrecimiento de estos departamentos, la quema de autos sin justificación alguna, matando y garroteando civiles, mostrando el poder y humillación a la sociedad. Matan por instinto animal. En videos de las redes sociales se observa gente de ''bien'' como dicen ellos con pistola y metras en la mano amenazando y arengando, y por las noches festejando en caravanas tomando whisky por la ciudad en señal de victoria, el día siguiente otras caravanas se mostraban solidarias con los campesinos de Chinolito, Coloso, Chalan etc. En el departamento de Sucre.
Las reflexiones que ha dejado este grave error es que la gente de estos departamentos va a salir con mayor fuerza a votar en contra del establecimiento, este es el fracaso de la política de seguridad que tanto promueve el gobierno uribista de Iván Duque, que hasta el momento no tenemos un balance de todo lo sucedido y cada vez más parece un estado fallido. Los mensajes intimidantes en las redes sociales perdieron toda credibilidad. Uribe Vélez aprovechó un audio interceptado para decir que un tal ‘’Siopas’’ del clan del golfo constriñe porque está autorizando votar por Petro y otro audio lo desmiente cuando los mismos del Clan del Golfo dicen que no quieren nada con el señor Gustavo Petro.
Hacerle creer a la sociedad que un grupo paramilitar y narcotraficante esté a favor del candidato Gustavo Petro es lo más irracional que podamos escuchar, demuestra el pánico que tienen porque van a perder las elecciones. El pueblo colombiano ya no traga entero cuando se trata de violencia y menos si son auspiciadas por el mismo sistema que no protege a las víctimas.
Inventarse amenazas e infiltraciones y mencionando gobiernos ajenos al nuestro, es la más descabellada apreciación que tienen por falta de coherencia y su candidato no representa la dignidad de un país que lo mancillan permanentemente, que pide a gritos salir de 20 años de miseria.
Las ventajas que dejó este paro es que ha fortalecido la campaña de Gustavo Petro, ha sido suficiente la violencia que estos departamentos han vivido y reconocen que el gobierno actual es el culpable de la gran inseguridad que vivimos los colombianos.
La comunidad no contó con el respaldo de las autoridades policiales y militares no hicieron acto de presencia en vías ni calles para evitar la cantidad innumerable de muertes de civiles y 180 carros quemados, dejando confinados al menos 85 municipios afectados por el desabastecimiento.
Para desmantelar el Clan del Golfo hay que acabar con el narco estado, someterlos a la justicia y que tengan derechos a segundas oportunidades.
Por. Edvards Mercado
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