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POR UNA PULGADA


Si Donald Trump hubiera sido asesinado, y estuvo a punto de serlo por una pulgada, no quiero ni pensar lo que podría haber pasado y qué tipo de caos podría haber estallado en el país norte americano.

 

En otras palabras: que no esté en una guerra civil no significa que el intento de asesinato de Butler haya sido un incidente menor y que todo siga como siempre. En mi criterio esto tiene raíces más profundas, una de ellas, la inmigración, por donde el conflicto civil podría intensificarse, hasta niveles mucho más violentos que los que hemos visto hasta hora.

 

La investigación aún está en curso y se ha informado en la prensa y televisión estadounidense, que es un atacante el que disparo. Thomas Matthew Crooks. Crooks se encontraba en el techo de un edificio a unos 118 pies (120 metros) de distancia de donde Trump pronunció su discurso y disparó hacia el escenario. El tiroteo mató a un miembro de la multitud e hirió a otros dos.

 

Queda la duda de que el francotirador tuvo ayuda dentro de la agencia, organizaciones o políticas gubernamentales. Es demasiado obvio que este tipo tuvo ayuda de un lado para poder encontrarse en ese momento en ese lugar. O alguien se tomó un descanso o fue planeado estratégicamente. Tenía que ser planeado a cierto nivel, porque tales eventos, tal seguridad, no es una cosa pequeña, y este es un lugar muy visible.

 

El grado de su protección es, por supuesto, más bajo que el de Biden, pero eso no puede ser una excusa para fallas catastróficas de seguridad.

Los agentes del Servicio Secreto no tenían maletines especiales, antibalas, que, en caso de un tiroteo, protegen la cabeza de la persona escoltada, hasta que los agentes finalmente lo tiraron al suelo y protegieron con sus cuerpos. Trump, no llegó a la manifestación sin previo aviso, todo tenía que estar preparado respecto a su seguridad.


La investigación debería dirigirse, en primer lugar, al servicio secreto. No se trata de ningún tipo amateurs, porque muchas omisiones claras son inadmisibles y evidentemente deliberadas, como lo demuestran las omisiones excesivas del servicio secreto y la policía en general. Digo esto utilizando mi percepción de los hechos y análisis común y las imágenes de televisión. Que las autoridades estadounidenses tomen las medidas de investigación adecuadas a este hecho.

Claro está, que todavía no sabemos quién mató a Kennedy.

 

Probablemente le va mejor a Trump, sin” servicios secretos” y no quedar expuesto a otro atentado.

 

Hoy tiene mucha relevancia el Deep state, la teoría que alcanzó el reconocimiento generalizado en la presidencia de Trump, quien hizo referencia a un supuesto estado profundo que trabajaba en contra de él y su administración.

 

Las élites del poder armamentista están influenciando para que la guerra en Ucrania continúe y Donald Trump, no les copia su juego, quiere parar la guerra, para concentrarse en China.

 

Trump, sabe por dónde le entra el agua al coco y como tomarla.

 

Trump, advirtió en una entrevista después del atentado, la importancia de elegir a su vicepresidente, que en caso de violencia posterior el vice podría suplir su ausencia. Trump, la tiene bien clara y sabe que lo que falta va a hacer complejo para él, sin descartar nuevos atentados.

 

El mensaje que ha enviado Donald Trump, con la escogencia de un joven de 39 años, líder de la nueva derecha como su vicepresidente. Es un líder preparado para ir a extremos, así sea posiblemente inconstitucionales. J.D. Vance, plantea que elegir a Trump representa la única esperanza que los estadounidenses tienen para salir del camino hacia el colapso literal de la civilización.

 

Aun se esperan sorpresas hasta octubre de las élites para mover los indecisos del voto.

 

Edvards Mercado

 

 

 

 

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