Empieza la feria de nombres y postulaciones y el rifi-rafe por la escogencia de candidatos a corporaciones públicas para las elecciones locales del mes de octubre. Gracias a la democracia, los partidos y movimientos políticos tradicionales y otros recién creados imponen sobre las minorías sus candidatos, muchos de ellos sin un mínimo de trabajo social y nulo conocimiento de la función pública, con el ánimo de jugar con el inconsciente colectivo de sus ciudadanos, siendo su principal habilidad la retórica; mientras líderes de base con amplia formación política piden oportunidades no son tenidos en cuenta.
Los nuevos candidatos tienen grandes retos por superar al encontrar a sus departamentos o municipios con un gran déficit presupuestal que no garantiza mayor inversión social, desarrollo e infraestructura.
Los departamentos casi todos, la politiquería y la corrupción los destrozó, la violencia, la inseguridad, la pobreza y la falta de oportunidades.
Los políticos tradicionales se hacen elegir con dineros robados al erario público y la complicidad de mafias y testaferros del narcotráfico, convirtiendo a los departamentos en unos basureros y poca oportunidad para el desarrollo.
En esta medida, la democracia nuestra está fallando miserablemente. La economía estancada, la sociedad cada vez más dividida, polarizada y su importancia relativamente en la sociedad está disminuyendo rápidamente y no tiene visión de futuro.
El sistema político (reforma política) no es la única causa, pero es una de las más importantes.
Llego el momento de modernizar la política, hacerla creativa y dinámica para que el pueblo pueda participar activamente en ella, involucrar y movilizar a la gente en el proceso político, es urgente la formación de líderes con conocimiento en la política y la administración pública, tener visión de desarrollo para dirigir el destino de nuestras regiones, empezar por educar la masa cerebral que inconscientemente volvieron endémica la venta del voto al no tener forma de entender la política, trabajar por una cultura política fuerte, que haga una sociedad fuerte, y alcanzar un estado con leyes fuertes, permitir que la juventud asuma liderazgo, sea madura y propositiva, unir a los movimientos y partidos políticos, organizaciones sociales, cívicas, populares etc. En un solo proyecto de región y hacer de la democracia más participativa e incluyente eliminando de ciertos espacios el sectarismo.
Si queremos superar el subdesarrollo el hambre la miseria en las regiones, debemos tomar conciencia y no dejarnos engañar, todos queremos una mejor región, una mejor ciudad, igualmente todos tenemos derecho a tener nuestra propia ideología lo que no hay derecho es satanizar al otro por tener una ideología diferente.
Lograremos consenso cuando los principales partidos políticos se hayan puesto de acuerdo sobre objetivos fundamentales en pro de la paz, de la vida y la estabilidad económica de nuestra región.
"Una sociedad no puede tener éxito sin un consenso fundamental”.
Los políticos “profesionales” en las regiones en su mayoría tienen pocas calificaciones o habilidades además de ser políticos, con honrosas excepciones, rara vez han dirigido o administrado algo de gran importancia o tamaño; como resultado, tienen poca idea de cómo funcionan las grandes instituciones.
El subdesarrollo se percibe mucho más cuando la política no va acorde con la forma de administrar. La política en su contexto concede poca importancia a la experiencia.
Los políticos de nuestras regiones deberían utilizar la inteligencia colectiva de sus ciudadanos para influir en el desarrollo de nuestras ciudades, eso resolvería los problemas.
Para que tengamos éxito debemos tener la capacidad de entusiasmar, involucrar y movilizar a la gente en el proceso político eligiendo dignos representantes y contribuir así al futuro.
Promover nuevos liderazgos con proyección y visión para el desarrollo y la modernización de nuestras ciudades, si todos nos unimos podemos ganarle en las urnas y sacar del camino la politiquería, por lo tanto, podemos lograr reformas y cambios estructurales para modernizar nuestra sociedad.
Por. Edvards Mercado.
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