El comportamiento de personas que nacieron y viven en sociedades vulneradas incivilizadas, marginadas por el atropello, el desplazamiento, el despojo de tierras, la estigmatización por razas etnias o religión, por hambre, miseria y pobreza, violentados física y sexualmente por grupos al margen de la ley, por los gobiernos de turno, el exterminio de sus líderes que luchan por causas justas, los esclavizan, le violan sistemáticamente los Derechos Humanos. Todos ellos tienen algo bueno que enseñarnos, que después de tantos años de sometimiento y de ignominias todavía no hemos aprendido a convivir en dignidad, con la diversidad cultural de sus pueblos que comparten con nosotros, no recienten no humillan, sin embargo nos abren los brazos y son cada vez más humanos y resilientes.
Históricamente han reclamado sus derechos y no han sido escuchadas sus voces por acción y omisión de los gobernantes y no podemos desconocer que ha faltado voluntad política de hechos y no de palabras, para que se incluyan y participen en el desarrollo de sus regiones y accedan con garantías de igualdad y equidad por sus derechos colectivos y mejor nivel y calidad de vida. La discriminación afrodescendiente, étnica racial es referente de pobreza en el mundo, pero no nos da la gana de reconocerlos que merecen vivir como viven, que son unos aparecidos en la tierra que solo vinieron a sufrir y a ser esclavos y no darle el trato humanitario e igualitario que por siglos han reclamado.
En Colombia llegó el momento de comenzar a resarcir tanta infamia y dolor y empecemos a traducir el discurso de odio en amor.
Creo que esto amerita una discusión y un análisis serio por parte de una sociedad ininteligible, falta de comprensión y empatía por conciudadanos de un mismo país, que no entendemos y desconocemos sus raíces ancestrales, que no le damos la importancia necesaria, que no nos damos el lujo de saber que piensa y que siente una persona o una región de un color diferente al nuestro, cuando allí encontramos una gran diversidad infinita de costumbres y culturas, y lo que nos falta a muchos seres humanos, humildad pura y real, que con ese mínimo de lo que no sabemos nos dan lo que muchos desean, amor del bueno.
Los gobiernos son culpables que existan esas diferencias marcadas entre regiones y no hay un equilibrio en el comportamiento social y económico eternizando la inequidad.
La violencia sistemática ha generado la división entre gente de bien y los nadie, es hora de dar un viraje y ponernos serios ante tanto racismo, clasismo y homofobia o aporofobia, que no deja otra cosa distinta que vernos dentro de una sociedad como los mas y los menos. Este fenómeno puede cambiar educándonos y utilizar un dicho popular que dice “estudien vagos” y no permitir que los sectores dominantes justifiquen la subordinación, racial, social y económica. Hagamos una sociedad de respeto por la diversidad, que vivamos en armonía con los demás seres humanos que habitan en ese gran sector, que esta bañado por la gran multiculturalidad étnica y racial que tiene Colombia.
Por:
EDVARDS MERCADO
Colita: no joda dejen de joder con esa tal artista que no se siente representada por la futura Vicepresidenta.
Inspirando el Cambio Social y el Desarrollo con Economías libres y Diferentes
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