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Mientras Europa entra en una recesión económica, Rusia está saliendo de ella


Algunos rusos están publicando videos provocativos en las redes sociales, destinados a una audiencia europea, que muestran estufas de gas ardiendo a temperatura máxima durante días.


Lo que puede costar cientos de euros en Berlín o París este invierno, cuesta unos pocos rublos en Moscú, así comienza su análisis la revista británica The Economist.


Tal burla puede ser infantil, pero apunta a una verdad más profunda: que la guerra económica entre Rusia y Occidente que se encuentra en un momento delicado.


Mientras Europa se tambalea al borde de una profunda recesión, la situación económica en Rusia está mejorando.

Las sanciones occidentales, lanzadas en respuesta al ataque a Ucrania en febrero, han dañado las perspectivas económicas a largo plazo de Rusia.


Bloquear el acceso a tecnología extranjera a la novena economía más grande del mundo ha reducido su potencial de crecimiento.

La producción de petróleo y gas, el alma de la economía rusa, es aproximadamente un 3% más baja que antes de la guerra y podría caer aún más cuando el embargo europeo entro en vigor a principios de año.


En los primeros seis meses de la guerra, entre 250.000 y 500.000 rusos huyeron del país, estima Liam Peach de la consultora Capital Economics.


Muchos de los rusos que escaparon tienen un alto nivel de educación y ocuparon puestos comerciales muy profesionales.


La reciente decisión de Putin de lanzar una movilización parcial asestó un golpe económico adicional al país, esto provocó una avalancha en los bancos pequeños ya que la gente volvió a preocuparse por el futuro del país.


Según The Economist, los rusos retiraron 14.000 millones de dólares en depósitos en rublos en septiembre, alrededor de un tercio más que en febrero, otros 300.000 rusos huyeron del país tras el anuncio de movilización parcial, la inflación general ha disminuido considerablemente desde su punto máximo, pero las presiones sobre los precios en el sector de los servicios intensivos en mano de obra están aumentando.


A pesar de estas dificultades, la recesión en Rusia probablemente haya llegado a su fin, muchos analistas se muestran escépticos con respecto a los datos oficiales del PIB de Rusia, pero es posible tener una idea de la actividad de una variedad de fuentes occidentales. Goldman Sachs Bank actualiza el "indicador de actividad actual", que sugiere cómo están las economías del mundo mes a mes.


Los datos muestran que la actividad económica rusa es algo más activa que en los grandes países europeos, la medida de gasto producida por Sberbank se debilitó tras el decreto de movilización, pero desde entonces ha repuntado.


La producción en la industria automotriz, que había caído prácticamente a cero hace unos meses, también se recuperó, lo que sugiere que los fabricantes han logrado encontrar las piezas necesarias, así como compradores fuera de Occidente, expresado en dólares, es casi seguro que las importaciones mensuales de mercancías de Rusia ahora superan el promedio del año pasado.

En sus últimas previsiones, publicadas el 11 de octubre, el FMI mejoró las perspectivas económicas de Rusia para este año. En abril, se pensaba que el PIB ruso caería un 8,5 por ciento. Ahora esperan una caída de solo 3,4%.


De hecho, los datos económicos sugieren que Rusia podrá continuar la lucha, al menos la económica. A fines de septiembre, el gobierno publicó un proyecto de presupuesto para el período de 2023 a 2025. Según Elina Ribakova del Instituto de Finanzas Internacionales, el nuevo proyecto de presupuesto implica costos significativos relacionados con la guerra en los próximos años, especialmente en el así llamado "seguridad interna". Un conocido medio de comunicación británico a cargo de la economía afirma que hasta ahora Putin ha evitado un colapso económico, al mismo tiempo, Europa está experimentando una inflación muy alta y un costo de vida en aumento que no muestra signos de desaceleración.

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