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Acuerdo Nacional y “Unanimismo Para La Paz”


La convocatoria que el presidente electo de Colombia Gustavo Petro hiso a todos sus adversarios políticos a conformar un gran acuerdo nacional, en torno a los temas fundamentales de país teniendo en cuenta su programa de gobierno, tuvo o ha tenido mucho eco en el conjunto de la sociedad colombiana, que muchos han decidido participar y se han declarado abiertamente coalición de gobierno, entre ellos el partido liberal, el partido conservador, alianza verde y otros más, sin embargo unos cuantos decidieron quedarse en la oposición.

El presidente electo Gustavo Petro, unió a un gran sector de la política tradicional que ayudara desde el congreso con la agenda legislativa a sacar adelante las reformas necesarias y lograr las transformaciones que el país necesita, al tiempo que viene nombrando una nómina de lujo, de hombres y mujeres que tienen los mayores reconocimientos, trayectorias y la experiencia para acompañarlo desde el gabinete ministerial, son sin duda, una garantía para gobernar bien y respaldar los cambios y programas propuestos en la campaña que lo llevo al triunfo presidencial.


Acuerdo nacional sí, pero nadie puede olvidar la crispación y el odio que ha impulsado Álvaro Uribe Vélez contra el hoy presidente Gustavo Petro, en estos últimos treinta años, para muchos colombianos haber visto a este par de caudillos conversando es lo mejor que ha podido pasar en este comienzo de siglo, solo un verdadero estadista demócrata de la talla de Gustavo Petro, pudo sentarse a dialogar frente a frente, de tú a tú para hablar del acuerdo nacional con quien fuera su rival o enemigo más grande políticamente hablando.


Que tanto durara este acuerdo entre los dos, no lo sabemos.


La única versión que se conoce de ese encuentro es la del señor Álvaro Uribe Vélez, que salió con su sonrisa tímida pero burlona sacando pecho, como quien dice acaba Petro de sacarme nuevamente a la palestra, porque yo estaba enterrado políticamente y ahora si voy a hacer una oposición decente, hablamos de muchos temas y me reuní en privado, pero del perdón social de eso no hablamos, dijo Uribe en rueda de prensa.


Esa hipocresía es peligrosa poco seria. Le pidió al presidente Gustavo Petro, mantener una línea directa de dialogo cuantas veces él lo necesitara para decirle en que estaba y no de acuerdo con él, disimuladamente trato de compararlo con el títere de Iván Duque que se la paso la mayoría del tiempo haciendo lo que el mismo le ordenaba, sabemos bien todos los colombianos cuales son los resultados de este soberbio badulaque.


Quiero pensar que esa conversación no es del todo así. Gustavo Petro es el actual presidente de Colombia y tiene el sartén en las manos, es demasiado audaz, astuto, calculador e inteligente, dejó clara sus posiciones y no se dejará imponer nada de sus adversarios políticos, él sabe que no puede hacer nada contario que afecte los intereses del pueblo y su credibilidad, mucho menos dejarse chuzar las llamadas.


Por lo tanto, sacará adelante su programa de gobierno y se mantendrá en secreto lo conversado con el señor Álvaro Uribe Vélez, como ha guardado secreto con lo conversado con el papa Francisco.


No pretendamos que todos estos diálogos con los partidos tradicionales, que hoy hacen parte del acuerdo nacional y declarados coalición de gobierno, acompañen seriamente hasta el final al presidente, algunos se han unido con la intención de cooptarle ciertos proyectos y presentarlo ante los contradictores como si fuera más de lo mismo, chantajeando al gobierno exigiéndole burocracia, sino es así, se dividirán apenas el gobierno proponga reformas estructurales que les toque su orgullo y necesiten de su aprobación en el congreso de la república, por ejemplo; la reforma tributaria, reforma a la justicia, reforma a la policía, reforma agraria, reforma pensional, reforma política, reforma a la salud, reformar o acabar con la Procuraduría y Contraloría Nacional, prohibición al fracking y un largo etcétera donde su deseo es que todo siga igual y a Gustavo Petro le vaya mal.


Sabemos que el unanimismo no es bueno, que debe existir la oposición, pero los colombianos necesitamos unirnos en torno a los temas fundamentales para dejar atrás tantas décadas de violencia y no seguir matándonos entre sí.


Llego el momento de la paz, el compromiso con la paz seguirá incólume, se cumplirá el acuerdo de paz con las FARC y desde ya propuso un cese bilateral al fuego para negociar con el ELN y otros grupos al margen de la ley, queremos la paz completa, la comisión de la verdad le deja una gran recomendación frenar el conflicto de seis décadas en Colombia y reconocer las causas de la guerra.

El acuerdo nacional lo construimos todos los colombianos, desde las regiones, con toda la sociedad anhelantes de la paz, de la reconciliación, del cambio con justicia social, apoyando al presidente a tomar las mejores decisiones, impulsando y promoviendo los programas del gobierno nacional.


Las propuestas para esas reformas deben generar deliberaciones desde los territorios, desde la academia, desde los distintos gremios de la sociedad civil, audiencias en el Congreso.

En síntesis, que su debate No se reduzca al Congreso, que su aprobación esté precedida por una multicolor participación social y una contundente participación ciudadana, debe contemplarse convocar movilizaciones que exijan cambios estructurales, la profundidad de esas reformas dependerá de distintas variables. Lógicamente muchas personas quedarán insatisfechas. Esa es la Democracia.

Es un proceso social, lo importante es que no se pierda las mayorías en el Congreso y lograr mantener la gobernabilidad, allí será fundamental el liderazgo de los presidentes de Senado y Cámara de Representantes.


La democracia necesita de la oposición. El unanimismo es dañino. Una oposición bien manejada puede permitir corregir errores, excesos y sesgos.

La violencia, no es algo que se lleva en los genes, y la verdad no es una guía para la venganza sino para la reconciliación. Gustavo Petro.


Por. Edvards Mercado

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