top of page

LUCHITO DIAZ


Ningún colombiano, logró imaginar que el guajiro Lucho Díaz haría historia en el futbol colombiano la noche de ayer, marcando dos goles a una de las selecciones más laureadas del mundo, y se convirtiera para Colombia en una fecha histórica por ganarle por primera vez al equipo de fútbol de Brasil en eliminatorias a un mundial.



Los colombianos sabíamos que podría ser una noche mágica y llena de jolgorio porque el jugador del Liverpool de Inglaterra, llegaba a su selección motivado y feliz de las inmensas manifestaciones de apoyo y respaldo del fútbol mundial y de su propia sociedad que lo admira por sus logros, llegaba mentalmente motivado y fuerte a darnos la alegría, sabiendo que se reencontraría con su familia, especialmente con su papá luego de varios días de dificultades y de sufrimiento por el secuestro del que fue objeto por parte de la guerrilla del ELN.

Salió sonriente al terreno de juego con su selección a regalarnos el triunfo que hoy disfrutamos.



Estábamos listos para celebrar por las calles de toda Colombia con pitos, disfraces y orquestas, el triunfo histórico que la selección nos ofreció, pero quedó aplazado el festejo porque nuestro comportamiento social tiene manifestaciones insospechadas.

La sociedad colombiana cada día se viene sometiendo a una manipulación feroz, de odios y enfrentamientos insensatos, que no distingue un escenario del otro, en el cual no existen límites ni normas ni leyes que regulen este comportamiento, que desluce ante cualquier panorama, y que aun así, está intentando superar las distintas violencias que históricamente ha sufrido.

La insensatez de unos pocos, utiliza cualquier escenario para propiciar ataques políticos, en este caso al gobierno y en específico a la familia del presidente de la Republica; tal parece que fueran los mismos que aplaudieron su secuestro y le deseaban la peor suerte a Mane Díaz. Típico ejemplo de república bananera en donde todo lo que nos venga en gana, así sea una acción que inspire el mayor de los desprecios, lo festejamos sin visualizar las consecuencias de nuestra imagen como sociedad ante los ojos del mundo.

Desagradable el comportamiento y los patrones que reflejan una sociedad poco tolerante y sin rumbo, debemos rechazarlos de forma absoluta.

A Lucho le decimos, sigue haciendo goles, disfruta de tus triunfos y festéjalos con tus seres queridos, te lo mereces y hasta más, los colombianos decentes te seguiremos aplaudiendo y exaltando tu buen nombre, no importa que unos pocos insensatos con sus odios quieran destruir una sociedad que ama y anhela un país en paz.

Edvards Mercado.

Comments


bottom of page